No fue hace mucho que estuvimos encerrados por una cuarentena que nos parecía eterna, mientras los medios nos hablaban de una pandemia sin precedentes. Aquella vivencia marcó mi percepción sobre la delicada relación que hay entre los humanos y la biodiversidad de la que dependemos y, además, me llamó la atención el trato que se le dio a los murciélagos por la pandemia del Covid-19.