De acuerdo con un artículo publicado en la Revista Science, la quitridiomicosis, una enfermedad infecciosa causada por un hongo microscópico, está relacionada con la disminución mundial de más de 500 especies de anfibios, incluidas 90 presuntas extinciones en los últimos 50 años. Se trata del primer estudio en estimar el daño global e histórico en batracios causado por los invasores, destructivos y mortales hongos Batrachochytrium dendrobatidis (Bd) y B. salamandrivorans, responsables de la mayor pérdida de biodiversidad de la cual haya registros.
El informe Amphibian fungal panzootic causes catastrophic and ongoing loss of biodiversity publicado en el número 634 de Science Magazine destaca al comercio y las actividades antrópicas como causantes del derrumbe de barreras de dispersión que han facilitado la propagación de enfermedades altamente infecciosas que amenazan la biodiversidad y contribuyen a la llamada sexta extinción masiva terrestre.
El artículo fue elaborado a partir de un examen exhaustivo de múltiples fuentes, incluida la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), revisión de literatura y consultas a 41 investigadores, expertos en anfibios, provenientes de Australia, Bélgica, Reino Unido, Sudáfrica, Alemania, Nueva Zelanda, Estados Unidos, México, España, Chile, Ecuador, Honduras, Venezuela, Brasil, Puerto Rico, Uruguay y Colombia, país que aportó información desde las universidades de Los Andes y Pamplona, y desde el Instituto Humboldt.
Para estos expertos, la rápida propagación de la quitridiomicosis es un peligro en el mundo globalizado; aunque el hongo transmisor fue identificado en poblaciones de anfibios hace cerca de 20 años, ya ha causado la muerte y la extinción de especies a escala planetaria.
Justo, la mayoría de registros de declive de poblaciones apuntan a los trópicos de Australia, Mesoamérica y América del Sur, reforzando la hipótesis de que B. dendrobatidis se propagó desde Asia. En contraste, el continente africano, europeo, asiático, y la zona norte de América han tenido un número relativamente bajo de disminuciones causadas por la quitridiomicosis, a pesar de la aparición generalizada del hongo.
Bd es tan voraz que ha provocado disminuciones en las poblaciones de anfibios en casi todas partes, excepto en Asia su lugar de origen, ubicándose entre las especies invasoras más destructivas, comparables a roedores y gatos. Las pérdidas asociadas a la quitridiomicosis son mayores en comparación con otros patógenos silvestres como el hongo que causa el síndrome de nariz blanca (Pseudogymnoascus destructans) en murciélagos, o el virus del Nilo Occidental (Flavivirus) en aves.
Los estudios a las poblaciones de anfibios demuestran que los efectos de la quitridiomicosis han sido mayores en ranas y sapos de tamaños grandes y rangos de distribución restringidos a climas húmedos en el continente americano y australiano. Pese a que la mayoría de las especies y poblaciones declinan, hay evidencias de una recuperación limitada y sospechas de resiliencia en algunas.
No obstante, de 292 especies sobrevivientes, 60 mostraron signos iniciales de recuperación, mientras las 232 restantes no. Sin embargo, y por lo general, estas representan pequeños aumentos en la abundancia de poblaciones individuales, no una recuperación completa a nivel de especie.
Las especies colombianas incluidas en el estudio
En total, veintiuna especies distribuidas en Colombia fueron incluidas en el estudio publicado por Science. Destacan salamandras, ranas de cristal, marsupiales, cutín y venenosas, y sapos arlequín. Desde el Instituto Humboldt el aporte científico a la investigación fue liderado por Sandra Victoria Flechas, doctora en Ciencias Biológicas y en aquel entonces integrante del Programa de Colecciones Biológicas.
Acerca de la relevancia de la investigación, Flechas considera “antes teníamos una vaga idea del impacto que el hongo Bd tenía sobre los anfibios en el mundo, más nunca dimensionamos que tantas especies hubiesen sido afectadas. Parte de esto se debe a que los estudios habían sido muy locales, a nivel de región/país, pero nunca a nivel mundial. Sin duda, esta especie invasora es el peor agente de pérdida de biodiversidad”.
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A manera de conclusiones, la habilidad de B. dendrobatidis para causar disminuciones drásticas de poblaciones de anfibios tiene que ver con su alta capacidad para enfermar a un amplio rango de especies y con la facilidad de transmisión de la infección entre ellas. Otros hechos que favorecen al hongo son la pérdida de hábitat, las condiciones climáticas alteradas y las especies invasoras.
Si bien hay información certera sobre el desarrollo e incidencia de esta enfermedad infecciosa, persisten grandes lagunas de conocimiento en cuanto a proporción de especies afectadas que muestran síntomas de recuperación, el número de patrones espaciales y temporales globales de los impactos de la quitridiomicosis, entre otras.
Como contingencia a la propagación de infecciones, el artículo sugiere un uso seguro y adecuado de los recursos biológicos y genéticos y la reducción inmediata en el comercio de vida silvestre. Debido a que la mitigación de la quitridiomicosis en la naturaleza aún no se comprueba son indispensable otras investigaciones, asimismo un monitoreo intensivo con tecnologías emergentes para identificar los mecanismos de recuperación de las especies.