Cualquiera, por más biólogo o conocedor que sea, se queda sin respuestas adecuadas a estas preguntas difíciles con solo ver una fotografía. Probablemente algunos querrán un poco más de información: dónde fue tomada la foto, cuánto tiempo lleva este bosque allí, qué tipo de ecosistema es e incluso, quién es el dueño de este terreno, etc.
Es apenas lógico, pues un sistema tan complejo como un bosque requiere contemplar una gran cantidad de datos e información para poder atreverse a hacer predicciones de este tipo. Y la verdad es que a pesar de que el Bosque Seco Tropical (el ecosistema representado en la foto) ha estado íntimamente ligado al desarrollo de Colombia y que deberíamos conocerlo muy bien, la información con la que contamos es aún limitada para responder ciertas preguntas y poder tomar mejores decisiones sobre su futuro, sin contar que cada fragmento de bosque tiene una historia y una composición diferente.
Cuando nos sentimos mal, con dolores extraños u otros síntomas de enfermedad, vamos al médico. Allí, lo primero que ocurre es un interrogatorio y una toma de datos: tomar el pulso, el peso, la talla, e incluso realizar exámenes de sangre.
Sin embargo, sabemos que para él resultará supremamente importante y útil conocer también nuestra historia clínica y familiar, pues tiene altas probabilidades de encontrar en esa información del pasado la explicación más probable de los síntomas actuales.Incluso, en las visitas de rutina, él puede identificar patrones y cambios sutiles que pueden servir para la identificación temprana de alguna condición en particular. Solo después de tener esta información puede el médico dar un diagnóstico y recetar un medicamento o un tratamiento.
En las siguientes páginas podrás descubrir los métodos y experiencias del equipo del #ProyectoBosqueSeco así como todo lo relacionado con el monitoreo que venimos realizando.