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Biodiversidad
Páramos
“Los primeros tomadores de decisiones de los territorios son las comunidades que los habitan”
“Los primeros tomadores de decisiones de los territorios son las comunidades que los habitan”
autor
Comunicaciones Instituto Humboldt
publicación
5.1.21

El manejo de los territorios no es un asunto que involucra únicamente a las autoridades ambientales y a los científicos. Cada vez los pobladores exigen, con más fuerza.



La necesidad de prepararse y disponerse para la escucha y el encuentro es el sustento que lleva a situar el enfoque participativo en el primer renglón de importancia dentro de la gestión integral de los páramos. Foto: Instituto Humboldt



  • •  El manejo de los territorios no es un asunto que involucra únicamente a las autoridades ambientales y a los científicos. Cada vez los pobladores exigen, con más fuerza, su participación en la toma de decisiones. Los páramos son un claro ejemplo de esta transformación y se hace notorio el interés y vocerías ciudadanas y de las comunidades en la forma como se debería ejercer su gobernanza.
  • •  El Instituto Humboldt presenta la publicación participación y gobernanza. Caminos posibles para la gestión de los páramos. Conozca la publicación.



Gran parte de su historia familiar está asociada con la alta montaña… con los páramos. Es antropóloga y Máster en Desarrollo Rural de la Universidad Federal Río Grande del Sur en Brasil. Su tesis estuvo asociada a los paisajes andinos, a los efectos del conflicto armado y al rol de las organizaciones sociales en la construcción de propuestas de desarrollo alternativo.A su regreso a Colombia, se vinculó al Instituto Humboldt en un proyecto sobre medios de vida de comunidades campesinas en zonas de páramo. Durante su carrera profesional, ha realizado varias investigaciones relacionadas con conflictos socioambientales en departamentos como Chocó, Cauca, Santander, Boyacá y Cundinamarca, entre otros.Coordinó el componente social de los estudios que realizó el Instituto como insumos para la delimitación de estos importantes ecosistemas. Se trata de Alejandra Osejo Varona. En Parlotiando con el Humboldt hablamos con ella.


-Páramo, ¿en qué es lo primero que piensas?

La montaña es como mi casa. Cuando empecé a estudiar antropología sabía que el campo de estudio serían justamente los páramos. Para entonces, empezaron a surgir preguntas relacionadas con las dinámicas sociales y económicas en estos territorios. Me interesó particularmente la historia de su poblamiento y su transformación. Creo que esa historia no la tenemos muy presente los colombianos a la hora de entender los páramos.

-¿Cómo se dio el poblamiento de los páramos, de la alta montaña?

En su gran mayoría, las comunidades de páramo han vivido por muchas generaciones en estos territorios. Se calcula que su poblamiento por parte de indígenas y campesinos data de al menos un siglo.Vivir en el páramo no es fácil. Sus condiciones climáticas, las características de los suelos y de la vegetación hacen de ellos lugares muy fríos. Sin embargo, hay muchas comunidades que tuvieron que migrar a estas zonas, algunas de ellas debido a la dinámica de la violencia en Colombia como los fenómenos de desplazamiento forzado en donde unos pocos empezaron a acaparar las tierras bajas de los valles las cuales eran más fértiles y que estaban mejor conectadas con los mercados y las vías de acceso, obligando a un número importante de población a desplazarse hacia la alta montaña.


-¿Cómo describirías la comunidad del páramo?

Lo primero que puedo decir es que no hay una única comunidad en los páramos como se cree generalmente.

Es justamente el mensaje que buscamos dar quienes trabajamos temas socioecológicos. Cada comunidad es una experiencia concreta y particular anclada al territorio.

-A partir de esto que nos comentas, ¿qué ha pasado históricamente con el manejo de los páramos?

La diversidad de comunidades de los páramos genera dinámicas muy variadas que representan grandes retos para el desarrollo de las políticas de conservación. Debido al carácter centralista de nuestro país tenemos políticas muy homogéneas que difícilmente consideran la heterogeneidad de los territorios y de ahí que su aplicación sea muy compleja.Históricamente ha habido cierta incoherencia en las políticas de conservación de los páramos que ha estado y estará estrechamente relacionada con la política agraria. En su momento, la política agraria del país impulsó su colonización para la producción de papa y el desarrollo de cierto tipo de ganadería.

Entre los años 70 y los 90 empezó a promoverse la revolución verde que impulsó el uso agresivo de agroquímicos y de maquinaria pesada, acompañada de apertura de carreteras y caminos veredales con el objetivo de que estas zonas de páramos se volvieran productivas para el país.El mensaje de entonces fue que la tierra de la alta montaña debía ser productiva ya que entre mayor número de hectáreas sembradas, el país estaría caminando hacia el desarrollo. Para entonces, se presentaron procesos de migración importantes en zonas que antes no estaban colonizadas y en otras que ya estaban habitadas, se incrementó considerablemente la producción gracias al uso de agroquímicos y maquinaria.

Las consecuencias de estos cambios productivos las estamos viendo hoy en los paisajes paramunos: grandes cultivos comerciales de papa y extensiones de tierra considerables dedicadas a la ganadería. Además, la transformación de la dinámica productiva llevó a que las economías campesinas se volvieran altamente dependientes de este tipo de tecnologías e insumos agroquímicos que en gran medida son las que generan contaminación del suelo y del agua, así como la transformación de la vegetación.De esta manera, los modos de vida de estas comunidades se han visto afectadas por estas políticas que privilegian las dinámicas del mercado a gran escala, de manera que tenemos comunidades cada vez menos autónomas para la toma de decisiones frente a cómo producir. Además, en la mayoría de las zonas de páramo, las comunidades presentan altos índices de pobreza; dificultades para acceder a servicios básicos como salud y educación. Sobre todo, aquellas que están más aisladas de los centros urbanos, agudizando los conflictos en estos territorios.Más adelante, a inicios de los años 2000, la preocupación por estas transformaciones motivó en los legisladores y autoridades ambientales la promulgación de políticas de conservación estricta que prohíbe el uso productivo de estos territorios. En pocas décadas, las reglas del juego cambiaron para estos pobladores rurales, afectando considerablemente sus formas de trabajo y sustento.


En el páramo confluyen distintas miradas y formas de apropiación. El ejercicio de la participación consiste en reconocer al otro y dialogar en el marco de esa diversidad, para democratizar la toma de decisiones y contribuir a la transformación de los conflictos que se desprenden de su manejo. Foto: Instituto Humboldt.

-¿Hacia dónde se movió a la discusión sobre la gestión de estos ecosistemas tan estratégicos para el país?

Ante las tensiones y conflictos producto de políticas de conservación que excluyen los usos productivos de los páramos, nuestro trabajo es encontrar alternativas para el manejo de esos territorios que incluyan, de manera eficaz, la participación de las comunidades campesinas e indígenas.Tenemos un amplío conocimiento de los páramos en términos de su riqueza en biodiversidad y servicios ecosistémicos como el agua, generando aportes muy importantes para entender el estado y las tendencias de las transformaciones de los ecosistemas y generar las alertas, pero estamos en deuda de integrar aspectos sociales y económicos. Además, caemos en el error de creer que las cuestiones agrarias son un sector ajeno a cuestiones ambientales. Como consecuencia, tenemos una falsa distinción entre producir y conservar como si fueran dos prácticas diferentes. Las comunidades han demostrado que al desarrollar prácticas asociadas a la producción también es posible consolidar acciones asociadas a la conservación de la naturaleza. Nos enseñan que la mejor forma de manejar el páramo es acabar con esa falsa división.

-¿Por qué es tan importante que avancemos en integrar las distintas visiones a la hora de manejar el territorio de páramo?

Las decisiones que implican el manejo del territorio, por lo general, son tomadas en las instituciones del nivel central con el objetivo de conservar y preservar ciertos aspectos del entorno natural, sin embargo, hemos identificado un vacío y es la falta de información acerca de quiénes son los que habitan estos territorios, sus modos de vida, cuáles son sus historias, sus retos y sus necesidades que también explican las tendencias de transformación del territorio.

Es además muy importante entender cuáles son las relaciones de poder y los conflictos y agentes transformadores que no son necesariamente los que viven allí, pero que sí generan mercados y presiones que demandan de los recursos naturales utilizándolos de manera insostenible.Desde el grupo de Ciencias Sociales y Saberes de la Biodiversidad del Instituto Humboldt hemos hecho un llamado permanente a la necesidad de entender de una manera articulada las dinámicas territoriales así como los aspectos biológicos y sociales que nos puede dar luces para plantear políticas más articuladas a lo que está pasando en efecto en los territorios.

Debemos entender que las comunidades son los principales actores. Son quienes se ven afectados o beneficiados con cualquier decisión. Debemos garantizar que las voces de las comunidades sean escuchadas y que participen de manera efectiva en el ejercicio de planificar las acciones en sus territorios. Las comunidades que habitan los páramos son los principales tomadores de decisión, debemos avanzar hacia allá.De no ser incluida en las decisiones de política pública, ninguna medida por más bien pensada y técnicamente soportada, difícilmente se podrá implementar de manera efectiva en los territorios. La salida siempre es escuchar y reconocer a los otros. A partir de ese entendimiento y reconocimiento del otro, establecer diálogos que conduzcan a políticas concertadas de conservación y producción sostenible.


Las nuevas formas de gestión de los páramos pueden partir de las experiencias de comunidades y las corporaciones autónomas regionales (CAR). Foto: Instituto Humboldt

- Recientemente, el tema páramos se volvió un tema muy controversial... ¿por qué?

Entre los años 2000 y 2010 estos ecosistemas enfrentan grandes presiones. Además de la expansión de los cultivos comerciales de papa y de la actividad minera, a partir de 2000 se incrementa la titulación minera en estas zonas. Proyectos de gran envergadura alertan a la ciudadanía y es entonces cuando los páramos empiezan a ocupar un lugar importante en la agenda nacional debido a la preocupación por el agua. Se hace evidente que las poblaciones que vivimos en ciudades de alta montaña dependemos del agua que nace de los páramos y esa conciencia que se ha venido despertando sobre esa relación tan vital.

En el 2011 el Congreso de la República emite una Ley (1450) que prohibía de manera absoluta tanto la minería como la agricultura en el páramo. Esto acrecienta las contradicciones en la política pública relacionada con estos territorios, específicamente en las zonas agrícolas. Recordemos que en un primer momento se les dice a las comunidades que pueden producir y después, mediante esta Ley, se prohíbe cualquier tipo de actividad agropecuaria. Una decisión que no tuvo en cuenta las dinámicas propias de sus modos de vida.

-¿Cuáles fueron las consecuencias de esta decisión?

No es lo mismo desarrollar un proyecto de extracción minera de gran escala que desarrollar un cultivo de papa. La falta de diferenciación tanto de las actividades prohibidas como de las dinámicas regionales, generó e incrementó graves conflictos socioambientales en los páramos y acrecentó las tensiones entre los habitantes de los territorios y las autoridades ambientales.Las reacciones no se hicieron esperar dado que la aplicación de la Ley 1450 era inviable. No es posible prohibir la agricultura y la ganadería en los páramos, es decir, prohibir la siembra de papa era un absurdo al ser un producto de primera en la canasta familiar de cualquier colombiano. La leche que se consume en ciudades como Bogotá vienen del páramo.Las consecuencias sociales son muy graves.

El proyecto de vida de las comunidades está directamente vinculado con su territorio. Para ese momento se empiezan a dar discusiones importantes y las tensiones socioambientales adquieren otro matiz, insistiendo que la prohibición absoluta no era una salida viable para la conservación de los territorios.La política empezó a transformarse y en el 2018 se generaron dos instrumentos de política muy importantes: la Resolución 886 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible que empieza plantear la diversidad de actores, actividades e impactos, pero lo más importante que plantea este nuevo instrumento es que las decisiones que se tomen sobre estos territorios partan del diálogo y la concertación y la participación. Y el otro, la Ley 1930 de 2018.Estos elementos empiezan a abrirle la puerta para que se pudieran desarrollar tipos de manejo participativo basados en la gobernanza que contribuyan a una gestión integral de esos territorios.- Es una legislación muy joven. Todo está por hacer. ¿Que garantiza que un proceso participativo sea efectivo?Lo que plantea esta legislación en términos de participación e inclusión de las comunidades es realmente innovador. Se reconoce la multiculturalidad y se plantea una política diferencial para estos territorios.


-¿De qué depende que un proceso participativo de las comunidades sea un éxito?

Lo fundamental es reconocer a las comunidades, sus saberes, sus preocupaciones y su derecho legítimo a participar en las decisiones que las afectan directamente. Además, es necesario construir relaciones basadas en la confianza y en el respeto. Esto pasa por cumplir con los compromisos adquiridos.Desarrollar este tipo de procesos implica múltiples retos pues requiere de las autoridades ambientales inversiones importantes en tiempo y recursos. Es mucho más costoso realizar un proceso participativo, inclusivo basado en el diálogo y construcción de confianza que generar una política desde las oficinas de las instituciones.

Adicionalmente, se hace necesario fortalecer las capacidades de los encargados de establecer estos diálogos.Recordemos que quienes están en la obligación de poner en marcha estos procesos son las autoridades ambientales - las Corporaciones Autónomas Regionales. Desde el Instituto Humboldt generamos insumos y metodologías de participación y gobernanza que faciliten su labor en los territorios, dando luces sobre cómo abrir caminos de diálogo y construcción conjunta de escenarios viables para estos ecosistemas.

-¿Cuáles son los principales insumos que se han generado y que encontraremos en esta publicación de Participación y Gobernanza?

El manejo de los territorios no es un asunto que involucra únicamente a las autoridades ambientales y a los científicos.

Cada vez los pobladores exigen, con más fuerza, su participación en la toma de decisiones. Los páramos son un claro ejemplo de esta transformación y se hace notorio el interés y vocerías ciudadanas y de las comunidades en la forma como se debería ejercer su gobernanza.En la publicación Participación y Gobernanza.

Camino posibles para la gestión en los páramos brindamos lineamientos y herramientas concretas que pueden ayudar en este proceso. El documento ofrece tanto las bases conceptuales como herramientas prácticas para la realización de estos ejercicios y acciones de participación social. Su carácter interdisciplinario incluye aspectos sociales, ambientales, políticos y culturales que permite, a quien la implementa, desarrollar una mirada integral de los páramos. Incorpora además ejercicios concretos de gestión participativa que ayudan a vislumbrar su potencial y ejemplos concretos de experiencias de participación en el manejo que pueden inspirar el trabajo de las corporaciones.Esta publicación es el resultado de un largo proceso de reflexión colectiva acerca de los retos de la participación de las comunidades de páramo en la toma de decisiones. Desde el 2018 hemos venido reflexionando con habitantes de los páramos, investigadores y autoridades ambientales acerca de los caminos posibles para hacer efectiva la participación. En esta publicación en particular, recogemos los retos identificados por las Corporaciones Autónomas Regionales encargadas de desarrollar estos procesos y procuramos brindar las herramientas necesarias para esta tarea. En esta tarea contamos con el apoyo financiero de la Unión Europea en Colombia y la Agencia Presidencial para la Cooperación Internacional - APC.

-Justamente en la etapa de edición final inicia la pandemia por COVID-19 ¿Cuáles son las recomendaciones para garantizar la participación en pleno distanciamiento social?

El distanciamiento social plantea una serie de retos adicionales para la implementación de acciones participativas y de gestión integral de los páramos colombianos. En la fase final de edición de esta publicación identificamos, en conjunto con los funcionarios de las corporaciones, las implicaciones del distanciamiento social para el desarrollo de procesos participativos.

Adicionalmente, proyectamos que la pandemia podría generar cambios en las dinámicas internas de las comunidades, en su relación con el ecosistema y en el propio funcionamiento del territorio paramuno. En ese orden de ideas, consideramos necesario poner en contexto los lineamientos de participación a las actuales circunstancias, tanto desde el punto de vista metodológico y operativo, como desde el planteamiento de líneas de trabajo diagnóstico que permitan abonar de mejor forma el camino a la gobernanza.


“Los primeros tomadores de decisiones de los territorios son las comunidades que los habitan”
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